Durante décadas, los habitantes de Caracas tenían un problema menos que el resto de la población nacional: el suministro eléctrico. El servicio prestado por la Electricidad de Caracas, empresa privada (y posteriormente de capital extranjero), aunque no perfecto, era regular y confiable; mientras que en el resto del territorio, el servicio eléctrico era provisto por empresas del estado.
Esto hasta principios de 2008, cuando la empresa fue nacionalizada. Desde entonces, los caraqueños han comenzado a experimentar lo que el resto del país ya conocía: apagones y suministro irregular.
Las comunidades deberán invertir para poder controlar su consumoEl sistema con el que se multa a los consumidores de agua y energía es injusto con los vecinos. Muchos se convertirán, sin querer, en infractores.
Y es que la medida que regula el consumo de electricidad no toma en cuenta el número de habitantes de cada vivienda: son 500 kilovatios igual para un soltero o una familia grande.En el caso del agua, el mayor problema se presenta para quienes habitan en condominios, que tendrán que pagar por el derroche o desperfectos en las tuberías de sus vecinos: la facturación se realiza por edificio y no por familia, pues en la mayoría de las viviendas no hay medidores, están dañados o no tienen quien los lea.
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